"Oseontegración"; es un término acuñado por el Profesor Per-Ingvar Brånemark en la década de 1950, cuando descubrió que un tornillo de titanio colocado cuidadosamente en el hueso, no activaba el código genético que hace que el cuerpo humano rechace un material extraño. Este hecho permite que las células óseas se fijen a la superficie de titanio de forma natural, consiguiéndose un anclaje firme y permanente para la reconstrucción protésica de dientes perdidos.
A través de la actividad biológica natural, el paciente no tiene sensación de tener elementos extraños y ajenos a su propia naturaleza, de forma que puede desarrollar una vida perfectamente normal (como si tuviese su dientes naturales).
En la actualidad el tratamiento implantológico apunta hacia una mayor simplificación del procedimiento. A partir de técnicas desarrolladas por la propia Escuela Brånemark, se ha dado paso a los tratamientos de carga inmediata, permitiendo recuperar la funcionalidad, la autoéstima ya la seguridad en si mismos, en un solo día.
Para un desarrollo correcto en estas técnicas, es imprescindible recibir una formación adecuada a cargo de especialistas con experiencia, como lo son todos los clínicos de los centros Branemark, y por supuesto utilizar siempre material homologado que ofrezca las máximas garantías.
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Los Centros Brånemark, creados y tutelados por el descubridor de la oseointegración, son pioneros en este campo y ofrecen la máxima seguridad en este sentido.